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Mostrando entradas de mayo, 2025

Entrada 05. ¿Qué llevarías a una isla desierta si solo vas a estar un día?

Hay salidas que parecen poca cosa. Un paseo de unas horas, quizá a un fondeadero conocido, con previsión de buen tiempo y sin planes demasiado ambiciosos. Y sin embargo, en esas travesías cortas es donde uno más aprende —sobre todo si algo se tuerce. Os voy a contar qué me llevaría yo para asegurar que la salida sea corta y poco memorable. Porque, seamos sinceros: las salidas memorables siempre son en las que lo pasas mal . Y uno no sale al mar para sufrir. Por eso, cuanto más invisible es la preparación, mejor suele salir la jornada. Me pasó la primera vez que intenté cruzar el canal del Estacio para salir al Mediterráneo. Siempre pensé que desde el fondeadero de La Puntica hasta la bocana del puerto Tomás Maestre había poco más de una hora, y que cruzar sería fácil. Ese día tardé casi tres, con viento en contra y yendo todo el rato a motor. Mi motor era (y sigue siendo) un Torqeedo eléctrico de casi 3 caballos , y solo en ese trayecto gasté un 40% de batería . Cuando por fin cruc...

Entrada 04. La travesía que tienes en tu cabeza y la que haces

Siempre había pensado que preparar una travesía era cuestión de revisar el parte meteorológico, cargar algo de comida, y salir a navegar. No fue hasta que intenté mi primer gran objetivo — llegar a Tabarca — que entendí que el mar tiene sus tiempos… y sus exigencias. Mi barco, un Astraea Albatros , descansa en el fondeadero de La Puntica , en el extremo norte d el Mar Menor. Desde allí, hay unas cinco millas hasta el puerto Tomás Maestre , el único paso navegable al Mediterráneo a través del canal del Estacio. En mi cabeza, ese tramo inicial iba a ser sencillo: una hora a vela y como mucho apoyaría un poco con mi pequeño torqeedo eléctrico , sin prisa pero tenía que llegar a la apertura del puente de las 10h. Lo había visualizado muchas veces pero esa mañana el viento venía del sur. La realidad fue muy distinta. El viento en contra, la batería y la paciencia Ese día el viento soplaba justo en contra, lo tendría a favor para llegar a Tabarca, pero primero tenía que llegar al canal de ...

Entrada 03: Aprender a navegar en el Mar Menor

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  Si alguna vez has querido aprender a navegar, pero lo has visto complicado, caro o peligroso, tengo una buena noticia: el Mar Menor es probablemente uno de los mejores lugares del Mediterráneo para dar los primeros pasos. Este pequeño mar interior, con su agua templada, su profundidad reducida y sus rachas suaves, es una escuela natural de vela. Aquí no hay corrientes que te arrastren ni olas que intimiden. Navegar en el Mar Menor es, en muchos sentidos, como aprender a montar en bici en un parque cerrado: el entorno protege, pero la experiencia es real. Los cuatro rumbos del viento Una de las primeras cosas que aprende cualquiera que se sube a un velero son los rumbos con respecto al viento. Y aunque suenen a jerga náutica, lo cierto es que se entienden con el cuerpo antes que con la cabeza. Lo primero que hay que tener claro es de donde viene el viento en todo momento y saber que no podemos ir en la dirección de la que viene. Ceñida: cuando navegamos lo más cerca posi...

Entrada 02. Como tener un barco en Portugal siendo de Murcia

  Hay decisiones que se toman con la cabeza. Otras con el corazón. Y algunas —las más interesantes— con una mezcla de intuición y necesidad. Así fue como encontré mi barco. Dando vueltas por foros de náutica, con más curiosidad que objetivo, acabé en uno de esos lugares donde aún queda algo de comunidad auténtica: La Taberna del Puerto . Un hilo, una foto, un modelo conocido: un Astraea Albatros. Bastó una mirada para saberlo. A veces se dice que uno no elige el barco, que es el barco quien lo elige a uno. No sé si será cierto, pero aquel lo sentí como mío desde el principio. Solo faltaban dos detalles: encontrar amarre y transporte. Nada más y nada menos. El barco estaba en Vila Real de Santo António, en la frontera sur de Portugal, donde el Guadiana se abre al Atlántico. Yo quería traerlo al Mar Menor, en Murcia. Setecientos kilómetros por tierra… o una semana de navegación costera si todo iba bien. Lo valoré seriamente: hacerlo navegando, vivir la aventura completa. Hoy sé...

Entrada 01. En el agua, por fin.

No sé en qué momento exacto lo decidí. Tal vez fue una acumulación de imágenes: un motor eléctrico, la jarcia fija a estrenar, orza lastrada y fija en el casco sin pernos, la promesa de un barco con poco mantenimiento y a buen precio. Lo cierto es que un día, frente a la pantalla, encontré un barco. No un velero cualquiera, sino uno con historia, líneas simples y ese aire de haber visto ya lo suficiente. Un Astraea Albatros. Estaba varado en Portugal, como quien espera sin prisa a que alguien lo mire distinto. Y lo miré. Este blog arranca aquí, en el momento en que comencé a llamarlo “mi barco”. Cuaderno de un Hombre a Flote no es un diario náutico al uso, ni un manual técnico. Es una bitácora de búsqueda. De cómo traer un barco desde otro país sin arruinarse (y sin perder la paciencia). De cómo encontrar un amarre en el Mar Menor que no cueste más que el propio barco. De cómo convertir cada mejora, por mínima que sea, en un acto de ingenio: aislar una escotilla, reno ar la tapicería c...